viernes, 25 de febrero de 2011

Heroico Villarreal

Al límite de sus fuerzas, el Villarreal desplegó toda su vistosidad para remontar ante un Nápoles notable. El cuadro de Garrido ganó a partir de su excelencia en el centro del campo, donde Borja Valero dictó una lección formidable. Inteligencia, corazón y técnica al servicio del madrileño, secundado por un siempre bien colocado Bruno y por un Cazorla imparable en sus regates de un palmo. La velocidad de Nilmar acabó por derrumbar el muro napolitano, incapaz ya de reaccionar a pesar de que Lavezzi y Cavani siempre estuvieron rozándolo. El Madrigal lo celebró como una cita histórica y, en efecto, para este pequeño club castellonense lo era.

Borja se rebeló contra los desastres defensivos de su equipo. Y contra la falta de fluidez frente a la defensa napolitana de tres centrales, tantas veces repetida para los de Garrido, que sufren ante este muro porque sus laterales apenas llegan a la línea de fondo. Pero Borja, junto a Bruno y Cazorla, se negó a sucumbir. Entre los tres bombearon sangre al corazón amarillo. Borja fue el más incisivo. Con dos trallazos desde fuera del área y con dos pases de gol.

Pese a la exhibición de Nilmar, el Villarreal no había conseguido cerrar el partido y algunos de sus jugadores llegaron extenuados al último tramo. De ahí que Garrido diera descanso a uno de ellos, Cazorla, en favor de alguien más defensivo, Catalá. Se trataba de resistir como fuera. Y Garrido se la hubo de jugar con el debut de otro chico de la casa, Gullón, en vez de Cani. El Villarreal se defendió hasta con las pestañas y El Madrigal lo agradeció con una alegría incontenible, orgulloso de un equipo impagable por su juego y por su entrega. En los octavos se las verá con el Bayer Leverkusen.

Fuente: El Pais